26 jul 2010

...Juntos...(cap. 14)

LETICIA

Íbamos a entrar por la puerta de mi casa.
-¿Listo?- le pregunté un tanto nerviosa.
-¿Y tú?-me pregunto sin apenas responderme.
" Eso es un sí "pensé.
Estaba tranquilo, igual que siempre.
Le sonreí un tanto insegura.
Golpeé la puerta, y esta enseguida se abrió por mi madre, quien nos saludo amablemente y nos invito a entrar.
Mientras comíamos no podía dejar de mirar a Gabriel, quien era la primera vez que se había vestido perfectamente bien,entre paréntesis,completo.
Llevaba puesta una remera de manga corta, la cual le resaltaba sus perfectos biceps,un vaquero oscuro y unas zapatillas anchas de un color marrón, al igual que la remera. Lo único de lo que se había olvidado era de haberse peinado después de ducharse pero,en mi opinión,me gustaba mas de aquella manera; despeinado y revuelto ¡Me encantaba!
- Gabriel,y tu eres el novio del Leti ¿no? -le pregunto Sara, quien se sentaba justo al lado de él.
Este se dedico a mirarme.
Al ver que los dos esperaban mi respuesta, el calor de mi cuerpo huyo a mis mejillas, sonrojándolas como si fueran tomatitos.
Mire a Sara.
-¡Sara! Esas cosas no se preguntan-la reñí.
-Solo quería saber si erais novios. Porque lo sois ¿no?- volvió a dirigirse a Gabriel.
Le dirigí, sin dudarlo, una mirada de socorro a mi madre, quien se sentaba al extremo de la mesa, escuchando sin interrumpir.
-¡Sara, ya basta!- le dijo.
Esta se quejo y se puso de morritos. Gabriel se rio.
Al ver que me seguía mirando le dediqué una mirada de disculpas.
Lo había invitado a comer como excusa para que estuviera todo el día con migo.
Literalmente,sentía como si hubiera estado desconectada del mundo exterior y no lo hubiera visto en mucho tiempo. Estaba a mi lado, pero aun así seguía echándolo de menos. Tenia unas ganas irrevocables de abrazarlo y no volver a separarme de él.
Entre esas cosas tambien tenía miedo.Un miedo interior que no sabria ni como explicarlo con palabras,pero había descubierto que junto a Gabriel estaba a salvo.
Cuando terminamos de comer,saqué a Golfo a dar una vuelta.
Acepte siempre que fuera con Gabriel y,efectivamente dijo,que tenia todo el tiempo del mundo para estar con migo.
" ¿Dominik tendría razón? ¿Seria cierto el echo de que Gabriel pudiera estar enamorado de mi? " me pregunte.
" ¿Y yo…Me estaría enamorando de él?"pensé, recordando en como actuaba frente a él.
Podría ser…pero en aquellos momentos, después el trance que había pasado, necesitaba estar con él.Me reconfortaba.
Estábamos caminando, mientras Golfo traía una y otra vez los palos que Gabriel le lanzaba ¡y los tiraba bien lejos!
-Le caes bien-le dije refiriéndome al perro mientras le sonreía.
-Es que entre caninos uno se entiende mejor…Ya sabes-dijo mientras le acariciaba y me sonreía a la vez.
-¡Ya, pero es como si te conociera de antes!-insinué sin darme cuenta.
-¡Tienes razón!-dijo. Al parecer le hice recordar algo.
-¡Hey, golfillo!-exclamo a gritos. Este obedeció, fiel a su llamada, y se le acerco rápidamente.
-No le dijiste que ese lametazo era de mi parte, listillo peludo-le jugueteo.
Golfo, en un principio fue como si se ruborizara, pero en seguida le siguió el juego.
-¿Cómo?-le pregunte sin entenderle, ni a él ni a Golfo ¡aunque solo ladrara!
-Sí bueno…estabais jugando a la pelota,una amarilla.Y cuando fuiste a buscarlo - señaló a Golfo - te lamió. Y el muy listo se gano unos mimitos a pesar de que fuera de parte de otra persona- me explico mientras seguía jugándole.
Me sobresalte al entenderlo todo. Pero de repente me paso por la cabeza otro recuerdo.
-Y dime una cosa…La vez que tú y Lucas os peleasteis…-le dije. Puso expresión de no recordarlo.Supuse que habrian discutido varias veces.
-Cuando te conocí y te cure las heridas ¿Te acuerdas?-le recordé.
-¡Ah, sí! Cuando pensé que iba a matarte y al final solo quería…-le cambio el rostro.
" ¿Estaría celoso? " me pregunte al verlo así.
Nos sentamos en unas rocas.
-¿Eras tu también el que nos espiabas?-quise saber.
-Odio que ese colmillitos este cerca de ti. Podría descontrolarse. Y encima cuando tiene intenciones de b…-se detuvo mientras sus mejillas se volvían de un color rojizo al darse cuenta de lo que decía.
-¿Besarme?-adiviné la palabra. Me miro, y cuando lo hizo no pudimos resistirse a mi mirada, que sin darme cuenta, había adoptado una actitud seductora. Empezamos a aproximarnos el uno al otro lentamente, pero tenía que llegar Golfo y estropear la nueva atmósfera que habíamos creado.
Nos dio un lametazo a cada uno.
-¡Golfo!-nos reímos mientras nos lo quitábamos de encima y nos fregábamos la cara, llena de babas.

....................................................................CONTINUARÁ..........................................................................